viernes, 22 de julio de 2016

LA PAZ HA TERMINADO

Los inocentes cuerpos de Kilian y Yanis junto a otros ochenta y dos yacen sobre el suelo del pavés de Niza. En apenas un segundo pasaron de la celebración de la libertad, al terror y a la muerte. Hoy sus almas exigen respuestas. Les han cercenado la vida de golpe y en muy poco tiempo su recuerdo sólo permanecerá en la memoria de sus seres más queridos que sobrevivieron a la tragedia. A lo sumo se unirán a una estadística de víctimas que por perder, perderán hasta el nombre, y solo serán un número.

Aquéllos que creían vivir en un mundo libre y seguro exigen explicaciones y no quieren ser testigos mudos de más desolación. La diferencia entre la guerra y el terrorismo, es que mañana cualquiera de nuestras vidas puede ser cercenada; la de nuestra esposa, hijos o hermanos en nuestras calles, en nuestras casas. Ya no estamos seguros en aquellos lugares que frecuentamos durante generaciones con total tranquilidad. Usted que ahora lee este artículo o yo mismo podemos ser acuchillados yendo al supermercado o en la parada del autobús sin razón o justificación aparente. Simplemente por estar en el lugar equivocado a la hora errada; solo esta casual coincidencia hace falta para morir víctima del terror.

¿Cómo consolar a padres o hijos cuando tenemos la certeza de que aquellos que han sido nombrados y ungidos de privilegios para protegernos no están a la altura de la amenaza y de sus implicaciones? ¿ Por qué ese empeño de minusvalorar el problema, negarlo y de buscar justificaciones de todos los gobiernos? Simplemente porque están atenazados por el miedo. Nuestros gobiernos están temerosos por saber que no tiene la más mínima idea de cómo devolvernos la seguridad a los ciudadanos. Cómo es posible que después de lo ocurrido en Niza no estemos en el nivel máximo de alerta antiterrorista.  Si esperan a elevar el nivel 5 a un riesgo inminente, ya les digo que nunca lo aplicarán, resulta absurdo. 

Las información sobre las bárbaras torturas cometidas en la sala Bataclan nos muestran claramente que se trata de bárbaros asesinos sin ningún escrúpulo o restricción moral; siguiendo la estela de los jenízaros que atemorizaron a Occidente durante siglos por su extremada crueldad. Si hay algún occidental o partido político en este continente que no esté de acuerdo en la persecución sin cuartel contra los que cometen estos actos, los jalean o simplemente ignoran, no merecen ser llamados personas y mucho menos deben tener presencia en las instituciones donde se defiende la democracia, la libertad y los derechos del individuo. Para todos aquellos que dicen que esto es culpa de la guerra de Irak o de la actuación norteamericana en Afganistán les remito al informe sobre las torturas en la sala Batallan para que se definan dónde quieren estar.

Los chinos que viajaban tranquilamente en los puntuales y exquisitos trenes alemanes y que son atacados por un bárbaro; los asesinados en un centro comercial en Munich cuando estaban haciendo sus compras de viernes, madres con mujeres y niños, todos exigen respuestas. Todos los que van a morir en los próximos meses en Europa en sus cafes, bares, calles, centros comerciales, a manos de los centenares de terroristas ya desperdigados por Europa más los muchos que sin saberlo todavía pronto engrosarán sus filas, necesitan respuestas, precisan sentirse parte de una comunidad que les protege. Minimizar el problema, decir que se trata de locos, como si de pronto a todos los locos les hubiera dado una fiebre colectiva de matar en nombre de Alá, es simplemente engañarnos; no tenemos los politicos con la altura de miras y con la responsabilidad para resolver los problemas, simplemente son pusilánimes a los que la dejadez de la mayoría social ha colocado en puestos de responsabilidad


La Paz ha terminado. Este estado que en España dura ya 80 años nos había llevado al convencimiento de que la paz perpetua era un estado natural. Tres generaciones han vivido una España en paz. Dos generaciones en Europa han podido desarrollarse en paz. Pues bien todo lo que conocimos y disfrutamos, se ha terminado. Nos podemos resistir a creerlo; podemos pensar que esto es algo pasajero que se resuelve con una actuaciones policiales. Lamentablemente la paz no volverá en mucho tiempo.


Pero no podemos resignarnos, debemos se capaces de terminar con esta lacra y para ello es fundamental conocer al enemigo, entender su modo de actuar y el de su aparato de propaganda.

Todo el Islam coincide en su repudio a Occidente; sunitas, chiitas y wahabistas manifiestan un consenso en hacer de Occidente, el diablo que les llevará a la condenación si no acaban con él. El yihadista, obligación coránica, solo irá al cielo cuando se acabe con Occidente, es una especie de pecado colectivo. La islamizacion política de los estados con carácter exclusivo y excluyente solo pretende acentuar la política contra Occidente. Aunque en el fondo, esto es una excusa; los que pretenden aprovecharse del Islam para hacer política lo que esconde es la rapiña y el saqueo de sus países. Cuando dicen islamización quieren decir corrupción, rapiña y saqueo del estado. La restricción de derechos pretende ocultar los delitos; controlar la prensa, terminar con la oposición; la destrucción de Occidente es la excusa para continuar explotando a sus pueblos a los que han convencido que es un mandato de Alá que vivan en la resignación y miseria. El Arcipreste de Hita hubiera sido un excelente Salman Rushdie actual, por que en el Islam como en la Edad Media en Europa," donde hay mucho dinero hay mucha bendición”.

El objetivo estratégico del terrorismo yihadista que comparte fines con amplias capas de la población de sus países en la imposición del Corán en el mundo. Como se decía en España unos menean el árbol y otros recogen las nueces, pues lo mismo ocurre con el yihadista y una parte significativa de los musulmanes. Durante siglos el Islam ha perseguido y asesinado a los cristianos por ser infieles; antes de que las fronteras se volvieran porosas sólo pudieron ejercitar el terror en sus países, pero ahora la globalización les ha abierto las puertas para atentar en nuestros propios hogares. No es una guerra nueva; es la misma que lleva siglos enfrentando a las dos grandes religiones monoteístas por una sola y exclusiva razón: no es posible para el Islam que se adore en la Tierra a otro Dios. Esta generalización reconozco que no es correcta, pero al carecer de cabezas que impartan doctrina como ocurre con el Vaticano, la versión oficial de lo que es y debe ser el Islám cae en manos de cualquier indocumentado que se hace llamar Mulá, con la misma fuerza que si se tratara de las grandes cabezas intelectuales del Islam. En definitiva, el primer enemigo está muy definido: las mezquitas y madrazas donde se imparte el odio a Occidente; se incita a la violencia y se organizan los terroristas y se imparte su propaganda.

El segundo enemigo son los países que apoyan con su estructura a los grupos terroristas o que se han aprovechado de estructura fallidas para establecerse; fue el caso de Afganistán y ahora es Siria, Irak, Somalia, Sudán, Libia. El control efectivo de estos territorios es crítico para eliminar las fuentes de financiación y de entrenamiento militar de los terroristas. Es desde estos países de donde se imparten vía internet su propaganda y se adoctrina a los potenciales terroristas. Desde 1945 todos los grupos terroristas siempre necesitaron de este apoyo. El ejemplo de ataque a Libia y sus consecuencias en los años ochenta muestran el camino.

Hay un tercer enemigo que es amplio; son las redes que se aprovechan económicamente de estas acciones terroristas y que proporcionan apoyo financiero, les facilitan las armas, les alquilan los apartamentos, les consiguen los permisos. Es un grupo muy heterogéneo y podemos encontrarlos en algunas familias de poderosos recursos económicos y muy radicalizados, especialmente en el Golfo; también en traficantes de armas internacionales, los mismos que surten a los distintos grupos que luchan en Siria, y que se asientan en estados con un escaso control. Muchos de ellos se hicieron poderosos apoyando a las grandes potencias en las operaciones secretas de antaño.

El cuarto enemigo es un muy diverso microcosmos; se trata de un conjunto de individuos con orígenes o relación con el Islam o que proceden de países que profesan el culto a Alá y que son yihadistas convencidos o personajes que bajo su paraguas o inspiración inducida son terroristas potenciales. Como ocurre también en Palestina, se trata de personas fácilmente manipulables que caen en las redes de captación del terrorismo en las mezquitas y en las cárceles. El Estado Islámico les da una razón para vivir o morir, y aunque el índice de fracaso sea muy alto, quizás uno de cada doscientos potenciales objetivos, da para al menos reclutar en Europa a unos cien terroristas potenciales al año.

Finalmente existe un quinto elemento que forma parte de esta estrategia, que es la política de integración de los islamistas en Europa y Estados Unidos.Sin duda es el elemento más complejo pero también el más importante ya que es la única forma de garantizar una convivencia pacífica en nuestros países para las próximas generaciones. Hay decenas de millones de islamistas de primera y segunda generación en nuestras ciudades; ni cabe la deportación masiva, ni el apartheid económico o social. No es viable jurídicamente ni materialmente, ni moralmente. Cuando se acabe el Estado Islámico otros vendrán a sustiuirle si no resolvemos o al menos mitigamos los riesgos y peligros que supone la convivencia entre cristianos y unas comunidades que no han encontrado su modelo de integración, seguramente porque son incompatibles en el medio plazo.

Contra cada uno de estos enemigos así como la definición de una nueva estrategia de integración requieren de recetas específicas, que no serán gratuitas sino dolorosas, pero no hay otro camino ni atajo hacia la paz, que tardará mucho tiempo en llegar, lamentablemente.

El control sobre las mezquitas en las que se propaga el odio a Occidente y sus valores exige el cierre de todas las mezquitas ilegales. Las comunidades islámicas de cada país deben hacerse responsables de su apertura y control y de denunciar a las que se abran fuera de este criterio. Los imanes, mulás y clérigos que dirijan o impartan doctrina deben estar homologados por las comunidades islamistas presentes en cada país. La apertura de lugares de culto islamistas ilegales debe conllevar sanciones económicas y penales. La incitación al odio debe ser castigado con penas de cárcel y con la rescisión de la nacionalidad y residencia de los que la adquirieron, si fue el caso, y su inmediata expulsión. La escuelas religiosas deben quedar bajo el control de las comunidades islámicas y monitoreadas por los gobiernos. Deben establecerse mecanismos que autoricen escuchas e intervenciones por decisión administrativa de reuniones, eventos y de potenciales sospechosos. Deben autorizarse arrestos policiales de hasta diez días en caso de aplicarse la ley antiterrorista, que debería ser europea. Para ser eficaces en este punto la colaboración de los países islámicos moderados como Marruecos y Tunes, tanto en la selección de clérigos y profesores será fundamental. Si somos capaces de conseguir este objetivo que no se antoja complicado, habremos dado un paso de gigante.

El segundo enemigo requiere de una acción diplomática y militar de muy amplio espectro. El nuevo terrorismo global siempre ha requerido de bases de apoyo en estados que consentían su presencia en el mejor de los casos o que colaboraban activamente. Así fue la Libia de Gadafi o el Afganistán de los Talibanes. Es vital que en estos países se instaure la ley y el orden y haya gobiernos nacionales dispuestos a combatir al terrorismo en sus países. Al menos hay una decena de países donde se requiere un control efectivo de sus territorios, en el Sahel, cuernos de Africa, Siria y Afganistán. Para esta misión es crítica la asistencia de los países árabes más comprometidos en la lucha contra el terrorismo como Arabia Saudita, Turquía, Argelia, Nigeria y Egipto. Una decidida acción militar con ocupación efectiva de los países; el establecimiento de gobiernos estables y un soporte financiero a corto plazo serán mecanismos inevitables para eliminar cualquier soporte estatal a grupos terroristas. Una acción de dos años la participación de unos 500.000 hombres con un uso intensivo de tecnología combinada con una coordinada inteligencia militar debería ser capaz de devolver la estabilidad y la seguridad a estos países. La formación de ejércitos locales será una segunda fase para asegurar la estabilidad a medio plazo.  El coste será inevitablemente alto; al menos unos 600.000 millones de dólares y unas bajas significativas.

El tercer enemigo es el más fácil de combatir y sin embargo su eliminación a corto plazo producirá resultados más notables. Se trata de una combinación de acción de inteligencia, policial y de eliminación de las mafias y organizaciones que soportan a estos grupos terroristas y que se lucran de la inmigración ilegal o de la venta de armas y explosivos. Debería aplicarse un criterio de extraterritorialidad que permita detener a estos sujetos en sus países y ser llevados ante la justicia de los países que los detengan. Terminar con las mafias y con los mecanismos de apoyo financiero no debería ser tarea compleja. Para ello es esencial la colaboración de las autoridades de los países desde los que se financian a estos grupos, en especial las bancarias que permitan el seguimiento de los fondos desde su origen hasta su destino.  Las organizaciones de inteligencia disponen de capacidad y medios para eliminar a los mafiosos que trafican con los refugiados del hambre y la desesperación. Los tres mil muertos este año en el Mediterráneo son víctima añadidas a este conflicto

Respecto de los autores de los atentados, gracias a su práctica habitual de suicidarse o inmolarse, sabemos mucho sobre sus procedimientos de captación, entrenamiento, organización y origen. Este es sin duda su gran debilidad y debe ser aprovechada. Sabemos que muchos europeos han combatido en Siria, por lo que tratándose de una acción criminal deben ser detenidos y juzgados por crímenes de guerra. No tiene sentido que tengamos a combatientes que han participado en guerras amparadas o lideradas por grupos terroristas viviendo entre nosotros. Debe hacerse un seguimiento de todos los delincuentes fichados por la policía de origen árabe, islamista, sobre todo de aquéllos de delincuencia menor. También debe hacerse un seguimiento de las pandillas callejeras de los barrios islamistas en Europa, que son el principal caldo de cultivo de estos potenciales terroristas. Deben clasificarse según su peligrosidad y hacerse un seguimiento policial de sus actividades y evolución. Cuando la seguridad de una nación está en juego, es necesario sacrificar muchos intereses y ahora debemos priorizar la acción contra el terrorismo yihadista. Las penas contra estos delitos deben ser de la máxima severidad y en general la agravante de actuar con motivos de odio, religión debe llevar a sus autores y cómplices a pasar muchos años en la cárcel. El seguimiento de cuentas de internet, la inteligencia en los barrios y lugares de reunión y sobre todo la coordinación internacional serán claves para combatir a estos fanáticos que tienen características comunes que sin duda van a facilitar la acción contraterrorista.

Finalmente es necesario, yo diría fundamental para asegurar la estabilidad a largo plazo redefinir el modelo de integración en Europa. Hay un sentimiento creciente en Europa de que el modelo actual de integración no es válido. No cabe duda que los atentados están contribuyendo de forma notable a acelerar este sentimiento contra todo lo que viene de fuera. Es cierto que por cada historia de terror hay mil o diez mil historias de éxito de inmigrantes, pero precisamente por esta razón es más que necesario proteger al que cumple la ley y perseguir a los que pretenden alterar el sistema de convivencia, que debería ser la prioridad esencial en particular de la comunidad islámica en los países europeos.

El modelo debe ser de integración es que uno se integra a la cultura donde ha marchado voluntariamente. Ser miembros del club de la libertad tiene sus reglas. y los extranjeros deben integrarse a nuestros principios y valores. La libertad de culto debe quedar garantizada pero la demostración de signos que son claramente contrarios a los derechos humanos deben quedar radicalmente prohibidos, como el velo en los escuelas, los burkas y en general las signos externos que denigran a la mujer o la sitúan en un plano de inferioridad. En las escuelas a las que acuden inmigrantes de origen islamista debe poner más énfasis en la integración y no precisamente en la segregación. Hay una muy intensa labor social que hacer en las escuelas para formar a los jóvenes en los valores europeos. A nadie se le obliga a vivir en Europa, de manera que quien sienta que sus principios o valores no son respetados tienen un amplio mundo donde establecerse fuera de Europa. Otro elemento esencial es terminar con la migración irregular o regular. La política de acogida debe ser modificada radicalmente y no deben concederse a nivel europeo más permisos de trabajo o residencia salvo aquellos que ya viajen con su contrato de trabajo o con una matrícula para estudiar y sometidos a un estricto control. La realidad social de Europa no permite incrementar el desequilibrio entre culturas tan distantes. Lamentablemente la situación económica de gran parte de estos colectivos es muy negativa, pero no existe ninguna razón objetiva para que pueda ser causa o justificación de conductas violentas.  Deben establecerse políticas proactivas para facilitar el retorno de inmigrantes que se queden sin trabajo en Europa con ayudas económicas y crediticias.  La labor de integración que no se ha practicado hasta ahora tardará unas dos décadas en dar frutos , pero permitirá, quizás una convivencia pacifica entre todos los europeos con independencia de su origen y contribuirá a una mayor seguridad de todos. No hay que tener miedo a la defensa,a la aplicación de la ley, no debe temblarnos el pulso para esta guerra sin cuartel que continuará en los próximos años.

A pesar de que en muchos de los países de origen no se permite la practica de otras religiones, Europa  debe mostrarse más tolerante porque está en su esencia, pero sin duda debería haber una acción coordinada para que los cristianos sean protegidos y respetados y puedan practicar su religión en los países islámicos. ES muy difícil justificar ante la opinión publica este doble rasero de afirmar que la religión islámica es perseguida en Europa cuando los cristianos no tienen derechos y en algunos países son el principal objetivo terrorista o de la acción represora de los gobiernos. Y precisamente las comunidades islámicas en Europa deben ser los portavoces de esta exigencia. Las persecuciones de cristianos en los países islamistas y la inacción de los gobiernos occidentales produce repugnancia.

El Islam debe evolucionar como también lo hizo la religión cristiana, que también tiene una larga historia de crímenes y de presencia activa en los poderes políticos, pero desde la revolución francesa el modelo religioso en Europa ha evolucionado y así debe ocurrir también con el islam, pero estamos hablando de palabras mayores que solo comenzaran con pequeños pasos, porque si no hacemos nada nada cambia. 

Se trata de alterar el rumbo de una historia que comenzó hace ya muchos siglos cuando en el año 722 los árabes decidieron conquistar reinos cristianos y continuó esta locura con las Cruzadas. Una historia de locura que ya acabó para los europeos con el fin del colonialismo y que deberá terminar con el abandono de la yihad y con el respeto a los derechos individuales en los países islámicos, no tienen otro camino para superar su crisis social y económica que reconocer a las personas como sujetos de derechos y deberes por encima de la religión y del estado.  Porque si no cambian algún día los jóvenes no se rebelarán contra Occidente sino contra las mezquitas, en Europa ya hemos quemado muchas iglesias y fusilados muchos sacerdotes en determinados momentos por esa desafección que puede acabar con los mulás y las mezquitas en la hoguera como no resuelvan los problemas terrenales de sus jóvenes.






viernes, 8 de julio de 2016

El informe Chilcot es una vergüenza

Que en un país con más de cuatrocientos años de activo colonialismo encargue y publique un informe sobre la guerra de Irak causa sonrojo. Un informe que solo tenía un objetivo subirse al carro de los condenadores de la invasión de Irak que removió del poder al tirano Saddam Hussein. El mismo país que por decreto detuvo una investigación sobre la familia real saudí por un posible pago de comisiones aduciendo interés de estado, ahora se ha convertido en su propio fiscal, lo que muestra que la isla no es que se separe del continente, es que va a la deriva.

El informe establece dos premisas fundamentales y ambas son falsas. La primera sobre si había armas de destrucción masiva o no. Si lo que debían hacer las potencias occidentales era que una vez más Irak usara armas de destrucción masiva químicas y biológicas como ya utilizó en el pasado para justificar la guerra, ¿Entonces quién iba a consolar a las víctimas y cómo habrían sido catalogados por gobernantes que sabiendo de la amenaza no hicieron nada para evitarla? Si para una guerra como viene a decir el informe hace falta un Pearl Harbor, ya pueden comenzar a evaluar los británicos todas las guerras en las que se han metido en los últimos 150 años.

lunes, 4 de julio de 2016

¿Por qué a los conservadores les gusta tanto gastar? La UE multará a España

El dictamen de la Unión Europea sobre el comportamiento del gobierno español en 2015 en materia de déficit no es nada comparado con lo que ya podría decir de 2016.  La reforma fiscal era inoportuna cuando estábamos sin haber cumplido ningún año el objetivo de déficit. La alegría del gasto público ha continuado y nadie ha tomado medidas serias para recortar el crecimiento exponencial del gasto, a pesar de la reducción de los costes financieros y del gasto en desempleo. El gobierno se traga con absoluta espontaneidad cualquier partida de ahorro del gasto público.

La seguridad social a pesar del crecimiento del empleo y de la economía sigue sin cuadrar sus cuentas y lo avanzado en 2016, muestra claramente que el sistema ya es insuficiente. La hucha terminará con la paga de diciembre y el agujero para el año que viene podría ser de unos 10.000 millones de euros.

El actual control sobre las comunidades autónomas solo es posible por el grifo del FLA, pero todavía hay un buen número de comunidades, algunas gobernadas por el PP que mantienen déficit excesivos y no se ha encontrado un mecanismo de control automático del gasto de comunidades autónomas y ayuntamientos.

Podríamos decir quer todo esto fue ocasionado por el clima electoral del año pasado, pero no nos engañemos, nuestra sistema fiscal hace aguas por todos lados y no lo van a resolver apaños y parches. y además el gobierno hace todo lo posible para empeorar la situación.

El problema sin embargo es que en 2016 vamos inmensamente peor que en 2015, y si no se toman medidas de ajuste muy profundas podríamos terminar el año con un déficit superior al 5% del PIB.

sábado, 2 de julio de 2016

EL MUNDO EN ESTADO DE GUERRA

Comienzo a escribir este artículo pocos días después de los terribles atentados del Estado Islámico cometidos en el aeropuerto de Estambul. Apenas han pasado 72 horas que nuevos ataques se han producido en Camerún por parte de sus aliados en Nigeria, de Boko Haram, con once muertos y decenas de heridos y en la capital de Bangladesh con un método similar al de París del año pasado con suicidas explotando con sus bombas y toma de rehenes en un restaurante frecuentado por italianos y extranjeros que se ha saldado con 28 muertos. Sólo espero que no comiencen a bucear en la vida personal de los terroristas para explicar una aversión infantil a la pasta que les llevó a atacar un restaurante italiano. Pero no podemos pasar por alto el terrible atentado ocurrido hoy  en Bagdad contra una famosa heladería del barrio chiíta, famosa por sus fantásticos helados y siempre concurrida, que se ha llevado la muerte de 125 personas y que tiene un objetivo directo, la ruptura de la frágil coalición entre sunitas y chiítas que combaten al Estado Islámico en Irak. La única estrategia que le queda a EI es la guerra civil en Irak y eso pasa por masacrar a los chitas hasta romper la alianza con los sunitas moderados, y seguro que nuevos atentados se producirán en los próximos días con este objetivo. Sin descartar la amenaza sobre la Eurocopa a una semana de su conclusión.

La primera conclusión de todo lo que ha acontecido en los últimos meses es evidente, nadie está a salvo y la amenaza es global. Durante el año 2015, casi 300 ataques terroristas están contabilizados por el terrorismo de origen islamista en sus distintas versiones, desde grupos palestinos, Boko Haram, ISIS y Al Qaeda, así como todas sus subdivisiones en países que van desde Libia hasta Indonesia, excluyendo zonas de conflicto. Sólo en atentados terroristas y excluyendo las matanzas producidas en los conflictos de Irak y Siria que han supuestos miles de visitas,  el Estado Islámico asesinó en 2015 a más de 1.000 personas y causó más de 2.200 heridos. A mediados de este año 2016 ya van 536 muertos y 1.500 heridos a causa de explosiones, coches bombas, guerrilla urbana etc.

Todos somos conscientes que nadie se ha escapado a este terrorismo que tiene unos orígenes y unas causas bien específicas y determinadas. Desde Estados Unidos a Indonesia, pasando por Rusia, Egipto, Francia, Bélgica... Más de cuarenta países de los cinco continentes han sufrido ataques terroristas de grupos ligados al Estado Islámico o inspirados por éste, en los últimos dieciocho meses. Entre Al Qaeda y el ISIS han producido más muertes que todos los grupos terroristas de la historia contemporánea, y han actuado con total impunidad aprovechándose de todas las oportunidades que ofrece la libertad que combaten.