viernes, 8 de julio de 2016

El informe Chilcot es una vergüenza

Que en un país con más de cuatrocientos años de activo colonialismo encargue y publique un informe sobre la guerra de Irak causa sonrojo. Un informe que solo tenía un objetivo subirse al carro de los condenadores de la invasión de Irak que removió del poder al tirano Saddam Hussein. El mismo país que por decreto detuvo una investigación sobre la familia real saudí por un posible pago de comisiones aduciendo interés de estado, ahora se ha convertido en su propio fiscal, lo que muestra que la isla no es que se separe del continente, es que va a la deriva.

El informe establece dos premisas fundamentales y ambas son falsas. La primera sobre si había armas de destrucción masiva o no. Si lo que debían hacer las potencias occidentales era que una vez más Irak usara armas de destrucción masiva químicas y biológicas como ya utilizó en el pasado para justificar la guerra, ¿Entonces quién iba a consolar a las víctimas y cómo habrían sido catalogados por gobernantes que sabiendo de la amenaza no hicieron nada para evitarla? Si para una guerra como viene a decir el informe hace falta un Pearl Harbor, ya pueden comenzar a evaluar los británicos todas las guerras en las que se han metido en los últimos 150 años.


En 2001, Estados Unidos fue atacado en el corazón y un grupo terrorista que amenazaba la seguridad global se asentaba en Afganistán y tenía fuertes raíces en países como Irak, como han podido comprobar los miles de muertos que ha causado en este país en los últimos diez años. La más mínima sospecha de una amenaza unido al hecho de que Saddam había venido incumpliendo sanciones durante más de una década, eran motivos más que sobrados para intervenir. Comparados con los motivos para intervenir en Libia que Francia lideró cuando sus intereses económicos estaban afectados, los de Irak aparecen en el manual, página primera de cuándo un país debe defenderse y atacar a un tercero

La segunda premisa del informe es que Estados Unidos estaba decidido a atacar en cualquier caso, que España azuzaba al presidente Bush para ir a la guerra y que Blair tenía sus dudas. Esto no es reconocer que las primeras fuerzas militares en intervenir en Afganistán e Irak fueron británicas. Blair dijo desde el primer momento que estaría codo con codo con Estados Unidos; no hacerlo sería dar la espalda a las miles de cruces de jóvenes norteamericanos en las playas de Normandía.

La unica razón por la que Naciones Unidas no apoyó la intervención directa y siempre uso un doble lenguaje era por los intereses económicos de Francia y Rusia; y algún día se verá la correspondencia que lo acredita, pidiendo una descolocada Francia como retomar las relaciones con Estados Unidos después de la invasión. Delegar en las Naciones Unidas y en particular en un Consejo de Seguridad donde se sientan dos países que agreden e invaden países vecinos como Rusia y China, con dudosos comportamientos democráticos, es poner a Occidente a los pies del totalitarismo. La invasión de Irak fue legítima porque sus gobiernos legítimamente constituidos así lo decidieron. La unilateral invasión de un país soberano y democrático como Ucrania no ha generado ni la milésima parte de las movilizaciones de aquella guerra, solo por el hecho de que se trataba de acabar con un dictador, un tirano que masacraba a su pueblo y que el atacante era Estados Unidos. Ni las manifestaciones ni las Naciones Unidas pueden deslegitimar la acción de un gobierno ni poner en cuestión o subordinar la legitima defensa de un estado a los intereses de otras superpotencias.

El informe tiene además el descaro de afirmar que Reino Unido nunca ha actuado contra la soberanía de otro país militarmente cuando sus tropas se asentaron sobre su canal de Suez o mantienen la invasión ilegal de Gibraltar. Es decir Reino Unido es inocente y Blair culpable como al final harán culpable del Brexit a Camerón, que ha sido su víctima.

En la politica como en la empresa las decisiones siempre han de tomarse con información imperfecta, insuficiente, esperar a tener toda la informaron puede llevar a la inacción que es todavía peor. Los antecedentes y los hechos aconsejaban no cruzarse de brazos ni esperar a llegar a un consenso con quien tenía fuertes intereses en mantener el status quo; en vender armas y reactores nucleares manchados en sangre si era necesario. 

Pero la realidad de la guerra es que apenas no fue sino un paseo militar; fue ponerse la primera bota británica en Irak que la estampida fue monumental. La supuesta destrucción del país no fue tal y en apenas unas semanas se había culminado la liberación de Irak, porque en todas las ciudades las tropas fueron recibidas como libertadores, y eso no me lo han contado.

España hizo lo que debía hacer. Estando en el Consejo de Seguridad no podía ponerse contra Estados Unidos, no podíamos jugar a Francia y sin embargo Aznar jugó sus cartas con gran habilidad, a pesar de tener a mas de medio gobierno en contra y a la oposición organizada por los aliados de Chavéz. En políticas hay que aprovechar los momentos que raramente acontecen y que pueden transformar la realidad de tu país, y así actuó el presidente Aznar. Se que esto es impopular pero cuando vemos a la izquierda populista, de izquierda y derecha pedir una banqueta para ir a la cena de gala del palacio real con el presidente Obama, uno se da cuenta dónde deben estar nuestros intereses y quiénes son nuestros amigos.

España apoyó una intervención justa y necesaria y no intervino en ninguna acción militar, como sí lo había hecho en Kosovo o después en Libia, y esto es un hecho que no admite interpretaciones gaseosas. La llegada española al puerto de Um Qasar fue recibida como una liberación. Una ciudad donde la mujeres chiítas no iban al hospital a dar a luz porque ningún niño nacía vivo; donde no había nada y los gerifaltes del partido sunita abusaban de su posición utilizando la extorsión y la violencia indiscriminada. Una ciudad donde todos confraternizaban con los españoles, algunos de los cuales había levantado industria en la región treinta años atrás. La gran labor de las tropas españolas que actuaron bajo el mandato de las Naciones Unidas una vez terminada la guerra fue ejemplar y no debe borrase ni aparcarse de los libros oficiales de historia.

¡Qué fácil es hablar a toro pasado¡. ¡Qué fácil es criticar a Napoleón por no haber entendido que Blucher acudiría antes a su encuentro de lo esperado, o a Eisenhower porque la via a Berlín estaba expedita al cruzar el puente de Remagen y no actuaron rapidez, pero así debe tomarse las decisiones políticas, porque así es la vida.

Ese informe viene a pintar un borrón en la historia militar del Reino Unido y de sus unidades que actuaron con gran brillantez, como siempre. No podemos decirles ahora que su acción estaba basada en una mentira, porque ellos no lo merecen. Bush, Blair, Aznar actuaron en función de la información que tenían y en defensa de la libertad, nada se les puede reprochar, ni mucho menos.

Si se hubiera detenido al Estado Islámico en sus inicios, y se hubiera actuado con determinación y no con paños calientes en Siria apoyándose en grupos terroristas porque existía un enemigo común, ahora estaríamos mucho mejor. No actuar, esperar a que las Naciones Unidas se pongan de acuerdo, la no utilización de la fuerza militar ha provocado la crisis migratoria, la creación de un estado criminal que abusa de mujeres y cercena los derechos humanos de forma sistemática y la sensación de que el terrorismo actual donde quiere y cómo quiere. 

Esto no quiere decir que no se cometieran muchos errores y el principal es haber querido delegar antes de tiempo por este complejo de culpabilidad que rezuma el informe, la responsabilidad en un gobierno iraquí que no estaba preparado para ello. El error no fue llegar sino salir antes de tiempo.

Los soldados que estuvieron in Irak hicieron un gran trabajo, cumplieron con su deber y contribuyeron a crear un estado democrático donde no lo había; defendieron a dos minorías que no gozaban de derechos y las puso en el lugar que les correspondía en su país; nos libraron de una amenaza a la seguridad mundial. Venir ahora a revisar la historia, como siempre que se hace, solo tiene un objetivo, desvirtuarla y situar a los vencedores como perdedores y a los politicos valientes como déspotas, mentirosos, manipuladores que solo pensaban en su interés personal y no en el bien común, y la historia ya no les dará la razón porque desde el primer día se sabían condenados. Pero no por ello dejaron de actuar con la total seguridad de que hacían lo que se debía hacer. No había una alternativa mejor.



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