El 19
de junio de 1940 Sir Winston Churchill entregó uno de los discursos más
extraordinarios de la historia de la lengua inglesa. Parafrasearlo me parece un
sacrilegio si no fuera por la realidad de los acontecimientos, pero estoy
seguro que el viejo Winston se hubiera reafirmado en estas palabras, cuyo busto
al parecer recién instalado en el despacho oval debería repetir todos los días
a su arrendatario para explicarle que no debe tomar su nombre en vano, el que lideró la lucha del mundo libre por la libertad y la democracia combatiendo “en las playas, en las casas, en las colinas, en
Francia…”
"Preparémonos para nuestros deberes y no dudemos de
que si el Imperio norteamericano
dura unos mil años, los hombres del futuro dirán: aquélla fue su peor hora"
Resulta muy
difícil describir la ideología y actitudes del nuevo presidente de Estados
Unidos, en especial a la vista de su acción en la primera semana de gobierno.
Hay muchas decisiones que no critico aunque no me gustan como la del muro de
México, promesa de campaña amparada por el propio tratado de Guadalupe Hidalgo
que autoriza expresamente a las dos repúblicas a fortificar sus fronteras, pero
claro el siglo XIX es un escenario muy diferente del actual. Pero quisiera ir
un poco más allá y comprender qué significa lo que está aconteciendo en Estados
Unidos para el resto del mundo.